El cómo llegamos hasta aquí,
seguramente te cuestionas,
más no dudas la solución conocer.

Aun después de todas esas catástrofes
que al hombre y a la mujer llaman por padre y madre,
sigues buscando la justicia,
tal que nunca has logrado crear.

Tú, que crees que a base de igualdad puede nacer,
¡no me hables de justicia!,
no después de buscar matar.
Si implicará ésta igualar el daño
tan sólo a esos famosos responsables,
¡no me hables de justicia..!

Porque aun no creyendo en tal desquicia,
he de atreverme a no vivir en el engaño,
más en cual sería la nueva era de esperanza;
esperanza he de tener, no en ti, no en el mundo,
sino en aquella lejana realidad,
en todo eso que podríamos formar
tras hacer pagar al gran anonimato.

¿Cuántos niños, niñas, mujeres y hombres
lograrás resucitar cobrando su matanza?

¿Cuántos máscaras vas a quitar por cada nuevo cadáver?
Háblame de sangre, de cuánta podrás recuperar
mientras te atrevas a derramar más.
Habla por los segundos en que retrocederás el tiempo,
hazlo por toda esa razón vengable;

pero entonces,

¡no lo tomes por valor, y no me hables de justicia!

-Mónica RC